Ahora la consigna es : Patria sí, populismo no.
Tratar de vivir una vida que no tenemos y de vivir una
realidad superflua es ahí donde cuaja el famoso populismo. Construir una
sociedad falsa e insensible donde la mentira trate de esconder o
secuestrar a la realidad social. Donde
la juventud sea llevada a un desierto para que vean un majestuoso espejismo y
en ese mismo lugar sean abandonados.
El populismo da a las masas comida en la boca, pero es
incapaz de enseñar a trabajar para comer. Que una nación sea incapaz de pensar, razonar y que piense en ser asistido todo el tiempo
está condenado a vivir en el latifundio
populista. Las naciones empobrecen por pagar los caprichos de los personajes
populistas, especialmente sus fantasías.
“Mejorar tu vida en base a nada” es parte medular de la intención del
populismo mediante el discurso, altamente contaminante al intelecto social. En
el discurso el político o candidato quiere darte regalías tonterías
--Que tú mismo pagas-- a cambio
de que falsamente te ayuden o asistan.
El discurso busca creerte
dependencia de las fantasías.
Eso es peligroso en
una democracia cuando ese discurso cambia y se vuelve impositivo y antidemocrático
y ese falso mesías se va convirtiendo en un dictador civil. ¡Que lamentable!
El populismo le abre las puertas a la dictadura.
Sumergidos en una dictadura el pueblo solo tiene la opción
de la pobreza y que se afile la violencia y la represión, en esa nueva posición
el discurso populista hoy crea la necesidad del lidero o régimen en la gente.
En ese punto la capacidad de análisis y pensamiento de la masa esta por el
suelo, con grilletes y la dictadura se
autoetiqueta como indispensable en la población. Luego recrudece la violencia y
todo connato de sedición e insurrección es salvajemente reprimido, como ocurre
con el asesino dictador de Nicaragua el bachiller Daniel Ortega.
Asi también el populismo y la dictadura carcomieron el
cerebro de millones de cubanos hace 50 años con la revolución desastrosa de
Fidel Castro.
Por 10 años el gobierno rojo del FMLN han usado artilugios
populistas como los benditos programas sociales, mal ejecutados y mal medidos,
mal pagados a sus proveedores y no tuvieron el alcance esperado, eso les costó
caro a miles de contribuyentes salvadoreños que financiaron esos programas mal
ejecutados por los izquierdistas populistas, pero aun ante esos fracasos,
insisten con el discurso populista de que si llegan a ganar los seguirán fortaleciendo.
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