Las
tecnologías de la información siempre sorprendiéndonos, antes decían que una
vez sacan tu nombre en un diario de gran circulación tu reputación está por los suelos y nada podrá levantarla. Ahora
existe un medio en el que los rumores o las noticias extra oficiales corren a
la velocidad de la luz.
Muchos
se han vuelto cazadores de zafarranchos, trifulcas callejeras, andan listos sus
dispositivos para captar momentos violentos o de escándalos para rápidamente
subir material y ventilarlo en las
redes, el morbo es el alpiste de muchos, el dolor ajeno y el chisme; los
chambres de los lavaderos públicos y de los ríos ahora tienen cancha en
Facebook y Twitter.
Ahí
surge el famoso: Tres doritos después. ¿Qué es eso? Es cuando se denuncia un
acto de violencia, maltrato e intolerancia entre personas qué se ha publicado y se ha virilizado en una red social y que además se
pide el actuar de las autoridades (FGR y Policía). Posteriormente al hecho las
autoridades capturan a los involucrados presentándolos a los medios en su
mayoría hincados, esposados y
custodiados. Los tres doritos después se resume en varios pasos: Captar el hecho violento, la vitalización del hecho y
la captura de los involucrados.
Para
las autoridades es una oportunidad de demostrar su eficacia en las capturas.
Para quien virilizó es un trofeo, y los victimarios se jodieron porque les
espera un proceso judicial, si lo interponen las partes afectadas y no hay
conciliación.
A
nivel de medios de comunicación, es una forma de meter más contenido al
descalabrado esquema noticioso qué consumimos en el cual ahora solo nos
presentan enfermedades y como tratarlas, disfrazándolo
de periodismo investigativo.
Antes
salían campantes los caza noticias de los medios de comunicación afinando sus
redes de información en delegaciones policiales, hospitales y cuerpos de
socorro, ahora las redes les comen el mandado. La información instantánea mueve
la coyuntura actual y es más rápida de lo que pensamos. Peor aun cuando algún
involucrado provenga de la farándula y la política.
Tanto
furor ha causado el tres doritos después que muchos ante actos repudiables
socialmente esperan que la justicia accione de forma expedita. Así como el caso
que enardeció a muchos recientemente de un sujeto algo paranoide y flemático
que golpeó el capó del vehículo de una familia, estando en un parqueo ante un
impulso de ira, retrocedió su vehículo y salió despavorido arrollando a un
motociclista en San Miguel, momentos después capturaron al desquiciado
conductor de rostro largo, de barba y
cabello crespo entre cano, y las autoridades revelaron que se trataba de un
ciudadano americano, este fue un clásico ejemplo del tres doritos después.
La
omnipresencia de las redes llegará hasta donde cualquier individuo cargue un
dispositivo. Me pongo a pensar como se
les aplicaría el tres doritos después, a los estudiantes de institutos
nacionales que agarraban de campo de batalla a mediados de los años noventa el
Centro capitalino, agarrándose a cinchazos y piedras y quebrando vidrios.
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