LAS MARCAS Y LA PANDEMIA.
Las marcas en El Salvador han sufrido grandes bajas durante
esta pandemia, muchas han desaparecido hasta nuevo aviso como: Diana y ADOC.
Una mezcolanza de situaciones inesperadas
y muchas decisiones precipitadas
han puesto a las grandes marcas de El Salvador en vilo, en una cuerda floja donde el temple las fortalecerá o el temor las
tumbará.
Ni ante las bombas y los
atentados del conflicto armado en los 80s, ni los 10 años del gobierno del FMLN
que avizoraban un panorama parecido al de Venezuela y Cuba, ni eso, una
pandemia y una obstinación errónea de la empresa privada.
Una mala señal para la inversión
regional e internacional donde no se ve
el mínimo aprecio por la esforzada industria nacional (Ya muchos menos por la
internacional). El problema ha sido la pandemia y la politización de la
pandemia, sazonada con odio y cocinada a fuego lento para las próximas
elecciones del 2021.
Es triste ver caer
grandes marcas, nostálgicas, de empresarios esforzados, y triste es que miles
de empleos se pierdan, por un simple capricho.
¿Habrá tiempo para rectificar? O ese es el
destino para otras marcas salvadoreñas como: Simán, Metrocentro, La Constancia,
Toyota-Didea, Lido, Super Selectos, La Cascada, Freund, Vidrí, etc. Los
próximos meses. Algunas marcas con más
de 100 años de existencia, que se mezclan con visión y trabajo, ¿Habrá tiempo
para corregir la perspectiva de las
empresas estos próximos 4 años? Apoyo,
fomento y desarrollo o persecución,
confiscación y cierre. Será que el
panorama de negocios será gris y tormentoso?
Después de esta pandemia del COVID-19. La piel de gallina de la economía
nacional.
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