LOS TRAUMAS DE TONATIUH
El territorio Sonsonateco guarda en sus profundidades --donde cruzan
las cuatrocientas aguas-- un
extenso archivo de hazañas históricas
que se llevaron a cabo en su suelo de “tierra caliente” Desde su fundación y
ubicación por ofrecer estratégico paso a los conquistadores rumbo a la joya Cuzcatlán.
Fértil, de buena tierra y buenas
aguas; de frutos como el cacao, el maíz, los frijoles y el bálsamo, pero de
difícil conquista. Por todo aquel
organizado y bien formado ejercito del valiente príncipe Atonal que vio
aparecer al rubio Tonatiuh y su caballería en el horizonte sonsonateco. En la
tierra llamada de Cañas y tortugas, muy cercana a la mar del sur, rociada por
su brisa salinosa de Acaxual
se documentó la primera pugna entre europeos y los numerosos pobladores
salvadoreños del occidente del país, en un acto de defensa de soberanía cuyo
propósito era dispersar al ejército invasor.
Flechazos con temibles puntas de obsidiana, lanzas, lluvias de piedras a eso se enfrentó
el adelantado Pedro de Alvarado y su batallón; los guerreros pipiles dieron
difícil y cruenta batalla por todos los flancos sobre la caballería
española. Alvarado no podía creer, que
la situación se tornase hostil, si los indios parecían amigables, con sus caras
pintadas de blanco pálido, estandartes
multi colores, chiflidos y gritos, algarabía, mientras abrían paso al Sol naciente
limpiando su camino, pero a su vez se cerraban con intenciones oscuras hasta
que estalló la violencia, el Adelantado confundió lo que parecía un
recibimiento al estilo fiesta patronal europea a un rito inicial de acción bélica militar por parte de los pipiles, eso fue un gran error, pero el
conquistador desconocía.
Una certera flecha, penetró
violentamente rebanó el músculo que
protege el fémur, cortó tendones y venas
y puso en peligro la vida de Tonatiuh,
algunos de sus soldados lo evacuaron y lo pudieron sacar de la zona de guerra a una loma segura,
mientras con torniquetes impedían la incesante hemorragia, a lo lejos la armada
española hacía tronar cañones y arcabuces nunca antes escuchados por los pipiles, situación que los embargó de terror he hizo
que muchos huyeran a las montañas de la
sierra, algunos fueron capturados y se
dice que era común que el ejercito de Tonatiuh “herrara” a los capturados. Esa infernal batalla de conquista pudo
realizarse en plena época lluviosa, algo que desfavorecía a la recuperación del
conquistador. Tonatiuh , al que muchos
historiadores han catalogado de despiadado, el territorio salvadoreño lo puso
cara a cara con la muerte, la confrontación con los pipiles no fue fácil, fue afectado emocionalmente porque después de
salir invicto de Cozumel, Tenochtitlán y Utatlán, con superioridad en
artillería e infantería la flecha de un bélico príncipe indígena lo tumbara y
lo más terrible --para el elevado hijodalgo-- que el flechazo le dejara cojo para siempre. Eso se lo expresa tristemente a Cortes en
epístolas.
Tonatiuh tenía sus razones para
sentir una sensación de repulsión sobre
el territorio salvadoreño y su gente,
muy a parte de ese enorme trauma,
algunos historiadores dicen que lo rechazaba por la falta de minas del metal precioso: el
oro. Algunas veces manifestó creer que
era una tierra manipulada por el mismo diablo y que no valía la pena poblar por
su falta de riqueza, sin embargo lo que
vio que le daba rédito fue la
esclavización de los naturales, por lo que muchos detractores y religiosos españoles de la época lo denunciaron ya que
mediante ese tipo de comercio no daba cuentas y retribución a la corona,
una acción ilegal que merecía ser investigada.
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